No se puede disociar en el deporte el cuerpo de la mente, los antiguos griegos lo sabían y hoy día, gracias a los avances científicos y tecnológicos de los neurocientíficos, este binomio toma más fuerza. Cada vez tenemos deportistas más fuertes, más rápidos, con mejor toma de decisiones durante la competencia, denotándose una evolución del rendimiento de los deportistas a limites humanos impresionantes.
Las metodologías contemporáneas del entrenamiento deportivo, ya no pueden, ni deben, direccionarse solo al mejoramiento de las cualidades físico-técnico-tácticos, como hace unos años, los nuevos profesionales del deporte deben implementar dentro de sus procesos de preparación aspectos como la percepción visual, variedad de estímulos sensoriales, el mejoramiento de la toma de decisiones, los tiempos de reacción y de ejecución de las acciones motrices, por ende, un entrenamiento mental, físico y técnico-táctico completamente sincronizados (Mantilla, 2019). Entrenamientos con altos volúmenes de repetición para el perfeccionamiento de una acción motriz especifica del deporte, están siendo desplazados por entrenamientos con mayor variabilidad, que promueven su aplicación en acciones más propias a la competencia deportiva; los avances neurocientíficos han comprobado que el entrenamiento variado beneficia el aprendizaje, mejorando la coordinación de las regiones corticales sensitivomotoras, incluso con una mayor conectividad funcional en la corteza frontal, al compararlo con los efectos del entrenamiento repetitivo (Henz y Schöllhorn, 2016; Lin et al., 2013).
Estudios con electroencefalografías (EEG), demostraron como un trabajo especializado del entrenamiento deportivo genera adaptaciones morfológicas y funcionales del cerebro; deportistas con más años de entrenamiento y con alta motricidad presentan una mejor red de control ejecutivo que los deportistas novatos (Roberts et al., 2013), mientras que se evidencia una mejor atención selectiva y espacial, con mayor funcionalidad de las redes neuronales corticales en los deportistas expertos que en los principiantes (Tan et al., 2017), lo que nos hace ver como los procesos de plasticidad cerebral “moldean” al cerebro para especializarlo al deporte que se practica.
La eficacia de las acciones motrices en la competencia deportiva viene prestablecida por las adaptaciones generadas por un adecuado trabajo durante los entrenamientos, regiones como el cerebelo, muy implicado en la coordinación, la fluidez y la velocidad de los movimientos, forma conexiones con la corteza cerebral, que en deportistas de alto nivel, en vez de ampliar las redes neuronales de conexión se simplifican los circuitos, lo que mejora el paso de la información y su velocidad (Roberts et al., 2013), aspecto relevante en el alto rendimiento deportivo, especialmente cuando se trata de generar respuestas motrices a alta velocidad; por otra parte, esto nos permite observar como una acción motriz que al inicio es compleja para el deportista se va simplificando, llevándolo a una automatización de la ejecución, he ahí la importancia de un adecuado proceso de enseñanza de los fundamentos deportivos desde los procesos de formación.
Esta automatización de las acciones motrices es fundamental al considerar la memoria implícita motriz, implicada en el aprendizaje de la técnica deportiva, misma que se construye lentamente, con la maduración de conexiones con regiones subcorticales como los ganglios basales (núcleo caudado, putamen, núcleo accumbens) quienes tienen una participación directa en el aprendizaje motor, este proceso de maduración y consolidación de estas redes neurológicas tiende a tomar más tiempo en consolidar, pero una vez lograda las redes neurológicas son muy rígidas (Ortega-Loudon y Franco, 2010; Chaddock et al., 2010); es por ello, que se debe ser muy minucioso como entrenador en los aprendizajes técnicos y la corrección de errores, a establecer estrategias metodológicas de entrenamientos variados, donde se ejecute de forma adecuada la acción técnica, con una diversidad de ejercicios que motiven al deportista y le establezcan retos para su mejoramiento (Henz y Schöllhorn, 2016; Lin et al., 2013).
Desde los planteamientos neurocognitivos se proponen pasos o Dispositivos Básicos del Aprendizaje (DBA), que los entrenadores pueden sumar a sus trabajos con los deportistas para la generación de sesiones más eficientes, el capturar la atención del deportista en la acción motriz solicitada es el primero de ellos, muy difícilmente se puede mejorar sin la debida concentración del participante en la actividad a realizar, esto va ligado al cómo el entrenador logra motivar al deportista, que lo lleve a su vez a estados emocionales óptimos durante el entrenamiento, siendo esto la antesala a la ejecución de experiencias sensorio-perceptivo-motrices, lo que implicará una modulación de la memoria motriz y por ende, un mayor aprendizaje (Di Costa, 2020).
Otros elementos podrán ser incluidas en las sesiones de entrenamiento para la estimulación de habilidades cognitivas, como la atención sostenida, la memoria verbal, la memoria visoespacial, la velocidad de procesamiento (Mantilla, 2019). Existen propuestas de entrenamientos neurocognitivos implicados en la preparación de los deportistas, sin embargo, es recomendable analizar e investigar con detenimiento los efectos propios de la técnica aplicada, si la misma obedece efectivamente a principios neurocientíficos que vengan a fortalecer los procesos de preparación de los deportistas, existe toda una propuesta de ejercicios inespecíficos al deporte que se han vueltos populares, donde se trabaja con estímulos auditivos, verbales y visuales, como luces, colores, objetos, que proponen actividades muy cognitivas pero fuera de un contexto de la realidad del deporte que se practica, a pesar de existir aun controversia con ello, si existen propuestas que estos recursos se apliquen en la menor proporción en las sesiones de entrenamiento y sean más bien los ejercicios específicos con componentes neurocientíficos los que abarquen en mayor proporción la sesión de trabajo (Di Costa, 2020; Mantilla, 2019; Roberts et al., 2013).
En definitiva, la neurobiología ha venido a revolucionar las metodologías del entrenamiento deportivo y los grandes deportistas mundiales están aprovechando estos nuevos conocimientos para mejorar no solo sus cuerpos, sino también potenciar el funcionamiento cerebral que les permita generar ventajas en su rendimiento; es fundamental comprender que el cerebro es parte de un todo, al entrenar se debe tomar en consideración todos los sistemas del organismo, sus respuestas y adaptaciones al ejercicio, trabajando al ser humano como un ser integral y que este nuevo conocimiento viene a fortalecer los proceso de preparación de los deportistas.
Elaborado por:
M.Sc. Jimmy Rojas Quirós.
Resumen
En el deporte moderno el concepto de neurociencias se integra con mayor fuerza, cada vez más los estudios que invitan a los entrenadores y deportistas a sumar estas estrategias a sus procesos de preparación; los modelos de planificación deportiva evolucionan, con propuestas situacionales y no tan analíticas como se acostumbraba, los nuevos conocimientos neurobiológicos vienen a responder muchas de las inquietudes y dar fundamento al trabajo que desde el movimiento humano se ha desarrollado, o bien plantean nuevas alternativas para lograr mayores alcances en el rendimiento deportivo.
Revisado por:
- MSc. Teresita Anchía Campos.
- Lic. Roberto Rojas Coto.
Aprobado por:
- Comisión de Desarrollo y Formación.
Referencias bibliográficas
- Chaddock, L., Erickson, K. I., Prakash, R. S., VanPatter, M., Voss, M. W., Pontifex, M. B., Raine, L. B., Hillman, C. H., y Kramer, A. F. (2010). Basal ganglia volume is associated with aerobic fitness in preadolescent children. Developmentalneuroscience, 32(3), 249–256. https://doi.org/10.1159/000316648
- Di Costa, S. J. (2020, marzo). Entrevista a Sebastián Di Costa. FutbolscopiaEntrenadores. https://futbolscopia.blogspot.com/2020/03/entrevista-sebastian-di-costa.html
- Henz, D., y Schöllhorn, W. I. (2016). Differential Training Facilitates Early Consolidation in Motor Learning. Behav. Neurosci, 10, 199. https://doi.org/10.3389/fnbeh.2016.00199
- Lin, C., Chiang, M. C., Knowlton, B.J., Iacoboni, M., Udompholkul, P. y Wu, A. D. (2013). Interleaved practice enhances skill learning and the functional connectivity of fronto‐parietal networks. Hum. Brain Mapping, 34 (7), 1542-1558. https://doi.org/10.1002/hbm.22009
- Mantilla, J. I. (2019). Neurociencia y entrenamiento en el deporte de alto rendimiento. Revista Iberoamericana De Ciencias De La Actividad Física Y El Deporte,8(2), 79-90. https://doi.org/10.24310/riccafd.2019.v8i2.6698
- Ortega-Loubon, C., y Franco, J. C. (2010). Neurofisiología del aprendizaje y la memoria. PlasticidadiMedPub Journals, 6 (1:2). https://doi.org/10.3823/048
- Roberts, R. E., Bain, P. G., P.G. Day, P.G., y Husain, M. (2013). Individual Differences in Expert Motor Coordination Associated with White Matter Microstructure in the Cerebellum. Cerebral Cortex(New York, N.Y.: 1991), 23 (10), 2282–2292. https://doi.org/10.1093/cercor/bhs219
- Tan, X. Y., Pi, Y. L., Wang, J., Li, X. P., Zhang, L. L., Dai, W., Zhu, H., Ni, Z., Zhang, J., y Wu, Y. (2017). Morphological and Functional Differences between Athletes and Novices in Cortical Neuronal Networks. Frontiers in human neuroscience, 10, 660. https://doi.org/10.3389/fnhum.2016.00660